A mediados del 1996 entré en la Junta Directiva del Gremi como vocal. Había llovido mucho desde su constitución, en 1953, y necesitaba una reformulación como entidad. Su Presidente, Miquel Llonch, renovó buena parte de la Junta para afrontar los retos que iríamos encontrándonos los años venideros. España estaba entrando en la era de la globalización a través de Europa.
El ministro Sr. Miguel Boyer (QEPD) nos introdujo en una fiscalidad nunca antes conocida, que condicionaría buena parte del sector durante las décadas venideras. Y la creciente conciencia ecológica social hacía prever nueva legislación que iba a regular nuestra actividad. El Gremi, durante décadas, ha sabido evolucionar con estos cambios aportando creciente soporte a sus agremiados. Poco a poco a poco fui adquiriendo mayor responsabilidad en la entidad hasta llegar a la vicepresidencia.
En 2007, cuando asumí la presidencia del Gremi, venía cargado de grandes ilusiones y proyectos.La crisis del 2008 (todavía en curso) complicó enormemente muchos de los proyectos, que tendrán que esperar mejores tiempos. En estos años la proyección de la entidad ha
desarrollado, en múltiples ámbitos, niveles nunca antes alcanzados. La interlocución con los máximos representantes de la administración, de los medios de comunicación, y en ámbitos sectoriales a nivel nacional e internacional, ha sido constante. Hemos participado de forma habitual en cuantas iniciativas legislativas han afectado o han podido afectar a nuestra actividad.
A pesar de ello, tengo un amargo sentimiento de que tanto esfuerzo ha conseguido limitados éxitos. Haber conseguido ser la voz de la recuperación en el Parlament, por poner un ejemplo, si ello no se traduce en mejoras sustanciales para el sector, son semillas en suelo infértil.
Tener interlocución directa con ministerios o conselleries, si ello no comporta mejoras en la lucha contra el fraude y la ilegalidad, es tan desalentador como predicar en el desierto.
Haber mejorado la imagen como sector a través de RECUPERA, de nuestras nuevas oficinas del Gremi en ESADECREAPOLIS, o de nuestros ENCUENTROS, si nuestra voz no resuelve la ilegalidad, la sociedad continuará teniendo una visión de nuestro sector todavía desdibujada.
España ha vivido una bonanza económica que, lamentablemente, no se ha traducido en administraciones eficaces para el contribuyente, sea empresa o persona. Existe un desencanto ciudadano y empresarial que nos aleja día a día de nuestros gobernantes.
Es por ello que entidades como el Gremi son más necesarias que nunca para canalizar tamaño descontento. El Gremi ha de estar cerca de las dificultades del día a día del sector. Visitar uno a uno a cada agremiado y entender qué prioridades ha de atender.
Esta revista es una tribuna abierta a todos los que quieran ayudar a construir un sector mejor.
El personal del Gremi ha de canalizar las aspiraciones de un sector cada vez más importante en un mundo escaso de materias primas y de consumo voraz.
Tenemos retos complejos por resolver como sector, pero nadie dijo que sería fácil. Como en la vida, nos obsesionamos con la meta, cuando en realidad lo que cuenta es ir resolviendo las dificultades del camino.
Es una época de enormes dificultades pero serían peores sin el soporte de un colectivo que lucha por mejorar las condiciones del sector.
Como se dijo en una de las últimas Juntas Directivas: “Si no existiera el Gremi, lo tendríamos que crear”.
Afortunadamente, hace más de 60 años que existimos y tenemos un largo camino que recorrer al lado de nuestro agremiado.