07/08/2009, WASHINGTON
Con una celeridad inusual, el Congreso envió el jueves por la noche al presidente Barack Obama una inyección de 2.000 millones de dólares al programa «dinero por autos viejos», un plan de impulso a la economía cuyo éxito ha superado las expectativas.
El plan atrajo a los compradores y aumentó al instante las ventas de la industria automotriz, empantanada desde hace tiempo en la recesión.
El Senado aprobó el dinero por una votación de 60-37, luego que algunos funcionarios del gobierno señalaron que los 1.000 millones de dólares iniciales se habían agotado en sólo 10 días.
La Cámara de Representantes aprobó la semana pasada el mismo monto para mantener vivo el programa, que concede a los consumidores subsidios federales hasta por 4.500 dólares para que intercambien sus autos viejos por vehículos más nuevos y eficientes en el consumo de combustible.
De no haber aprobado rápidamente los fondos, los legisladores corrían el riesgo de generar descontento entre los votantes, al haber dejado suspendido el programa mientras las dos cámaras del Congreso estaban en su receso de un mes.
Los simpatizantes del programa elogiaron sus efectos en la industria automotriz ”que tuvo en julio su mejor desempeño mensual en casi un año_, así como sus beneficios para el medio ambiente.
«La realidad es que éste es un programa que ha funcionado. Los consumidores consideran que funciona, lo mismo que las pequeñas empresas y la gente; la gente que produce acero, aluminio, los anunciantes… Todos los que están involucrados en el impacto de la industria automotriz sobre la economía en general consideran que esto funciona», dijo la senadora demócrata Debbie Stabenow.
En la Casa Blanca, la iniciativa tiene asegurada la firma de Obama. Las autoridades indicaron que el dinero adicional ayudaría a los consumidores a adquirir medio millón de vehículos nuevos.