La crisis obliga a las empresas del metal a ajustar horarios y plantillas

02/12/2008

La crisis económica está obligando a las empresas del metal de Ibi a ajustar horarios y plantillas. Flinsa ha acordado una reducción de jornada transitoria con sus trabajadores, Induflej ha presentado un expediente de regulación de seis meses y Metalnik está negociando con los sindicatos una extinción de contratos para nueve empleados.

Las empresas del metal vienen padeciendo desde hace meses la crisis económica que se está registrando a nivel general y, más en concreto, la que padecen sectores como la construcción y la automoción, a los cuáles destinan una parte muy importante de la producción.

Los primeros signos empezaron a ponerse de manifiesto recientemente, con el expediente de regulación presentado por Bornay para sus 70 trabajadores, con el objetivo de adaptar la plantilla al volumen de pedidos actual.

La cosa, sin embargo, no ha quedado ahí. Según informaban fuentes sindicales, la empresa Flinsa, con un centenar de empleados, ha llegado a un acuerdo para reducir la jornada de forma transitoria a cinco o seis horas. El objetivo es recuperarlas en el momento en que los pedidos se incrementen, con un máximo de nueve o nueve horas y media por jornada. Aunque inicialmente se llegó a plantear la posibilidad de recurrir a un expediente de regulación, finalmente la empresa se ha acogido a una cláusula del convenio del sector.

La que sí ha presentado un expediente de regulación para sus 18 trabajadores es Induflej. La duración prevista es de seis meses, período durante el cual los empleados pasarán de forma rotatoria por el paro para también adaptarse a las necesidades de producción actuales de la empresa.

Metalnik, por último, está negociando en la actualidad un expediente de extinción de contratos para nueve de sus cerca de 40 trabajadores, según informaron las mismas fuentes.

Entre el empresariado crece la preocupación ante los efectos que tendrá en la comarca el final de la campaña juguetera. Tal y como ya se informó, muchas de las empresas del metal y el plástico de la Foia de Castalla han compensado la caída de pedidos incrementando su producción para el juguete, cuya campaña está a punto de concluir.