Arcelor se aprovecha del bajo precio de los desechos férricos para abaratar el coste de fabricación de su acero
La fuerte caída del precio de la chatarra en el mercado mundial está beneficiando indirectamente al puerto de Avilés, que sólo en el mes de octubre ha movido tantas toneladas de desechos férricos como en el resto del año. Así, mientras de enero a septiembre se descargaron 29.000 toneladas de chatarra, octubre se cerrará con la descarga de aproximadamente 27.500 toneladas. Este fuerte repunte de los tráficos guarda relación con la política de aprovisionamiento de Arcelor-Mittal, empresa que usa la chatarra como materia prima para la fabricación de acero en la LD-III. La tendencia hasta final de año es que la chatarra siga llegando masivamente al puerto, siempre que la cotización del producto se mantenga en mínimos.
Esta misma semana han llegado a coincidir hasta dos barcos descargando chatarra a la vez y alguno más en lista de espera para vaciar sus bodegas en el muelle de Raíces, la nueva zona elegida para desembarcar el material una vez inutilizado para esa actividad el muelle sur de la dársena de San Agustín por las obras del Niemeyer. Desde el muelle la chatarra viaja hasta el parque de materias primas de la acería, en Tabaza, a bordo de camiones. Una vez allí, los desechos férricos se incorporan al proceso siderúrgico echándolos al convertidor (el recipiente donde el hierro, sometido a altas temperaturas, se transforma en acero).
La LD-III está diseñada para fabricar acero con cantidades variables de arrabio (producido en los hornos altos de Gijón a partir de hierro y carbón) y chatarra. Cuando el precio de esta última sube se añade más arrabio a la mezcla y viceversa. En estos momentos, con los precios de la chatarra en niveles mínimos, la situación es favorable para la máxima adición de desechos férricos, una circunstancia que abarata el coste final del acero colado y que no influye en la calidad final del producto, si acaso, para mejorarla, según expertos siderúrgicos consultados.
La tonelada de chatarra ha pasado de valer unos 300 euros a 120, lo que supone una caída del precio del 60 por ciento. Los ingenieros de la acería avilesina aprovechan la coyuntura para verter a cada colada de acero hasta 75 y 80 toneladas de chatarra, logrando así ahorrar arrabio, cuya aportación a la mezcla se queda en unas 280 toneladas por colada. La empresa siderúrgica indicó que la chatarra importada estas últimas semanas provino mayoritariamente de otros centros productivos de Europa.