17/09/09

Un camión con 25 toneladas de chatarra radiactiva fue detenido hoy cuando intentaba abandonar la zona de exclusión de 30 kilómetros que rodea la central de Chernóbil, escenario en 1986 de la mayor catástrofe nuclear de la historia.

Las fuerzas de seguridad ucranianas interceptaron el camión, cuya carba superaba en 13 veces los niveles de radiación permitidos, y detuvieron a seis personas implicadas en el contrabando, según informaron hoy las agencias ucranianas.

Entre los detenidos se encuentra el comandante del cuerpo de policía encargado de la vigilancia de la zona de Chernóbil, otros tres militares, el conductor y el propietario del camión.

La Fiscalía de Kiev ha incoado un proceso penal por violación del artículo del código penal sobre seguridad radiactiva.

La dirección de la planta anunció en 2005 planes de desmontar sus instalaciones y explotar la chatarra para saldar las deudas, lo que fue muy criticado por las organizaciones ecologistas.
Según la prensa ucraniana y rusa, en el negocio de la exportación de metal radiactivo de Chernobil participan varias compañías privadas que suministran al mercado miles de toneladas de metal radiactivo.

La corporación ucraniana «Ukrmetal» ha construido dos plantas para la desactivación de 100 toneladas diarias de metal radiactivo en las cercanías de la central, cuyas reservas de este material superan el millón de toneladas.
El principal destino de este material es Rusia, en especial Moscú, donde es utilizado para construir edificios de viviendas y jardines infantiles, a pesar de que la legislación vigente prohíbe la entrada en la ciudad de materiales radiactivos.

Las autoridades permitieron el pasado año con ocasión del 22 aniversario de la catástrofe las primeras visitas de antiguos habitantes a la zona de exclusión.

El accidentado cuarto reactor de la central, donde se produjo la cadena de explosiones, esparció hasta 200 toneladas de material fusible con una radiactividad de 50 millones curies, equivalente a 500 bombas atómicas como la de Hiroshima.

Ucrania se propone desactivar por completo la planta y el territorio adyacente para el año 2018, y «enterrar para siempre» las 200 toneladas de combustible nuclear que aún están almacenadas bajo el reactor averiado.