En mayor o menor medida, la mayoría de los materiales que se usan para la elaboración de productos, sufren una interacción con los diferentes tipos de fenómenos ambientales que existen. Estas interacciones hacen que las características de los materiales sufran modificaciones y se deterioren sus propiedades. Esto quiere decir que se da una degradación de los productos que son fabricados con dichos materiales.
En este artículo de se hablará sobre la descomposición del metal en el medio ambiente y también del tiempo de degradación de los residuos. Así que, si quieres conocer cuánto tarda en descomponerse el metal, aprender sobre la contaminación de los metales y descubrir cuáles son los productos que tardan más tiempo en degradarse y cuáles son los que menos tardan, continúa leyendo este interesante artículo acerca de cuánto tarda en degradarse el metal y más detalles relacionados.
El tiempo de degradación de los metales está relacionado tanto con la cantidad de material que tienen como con su grosor y también con las condiciones ambientales en las que se encuentre el metal.
Por un lado, por ejemplo, aquellos materiales de metales más finos, que normalmente se usan para los botes, latas, botellas o aerosoles, aproximadamente tardan hasta 30 años en degradarse. Por otro lado, si te preguntas cuánto tiempo tarda en degradarse el acero, toma nota de que este puede llegar a ser hasta de 100 años.
Sin embargo, la corrosión y degradación del metal más grueso, empleado normalmente en la construcción, como las varillas para el hormigón o las vigas de hierro, tienen un tiempo de descomposición que oscila entre los 200 y 500 años.
Las actividades mineras e industriales arrojan al medio ambiente grandes cantidades metales tóxicos, como el mercurio, el cadmio, el arsénico, el cromo o el plomo, perjudiciales para la salud del ser humano y, en general, para toda forma de vida. Además, estos acaban contaminando los cuerpos de agua, el suelo y la atmósfera, ya que muchos de ellos acaban suspendidos en el aire porque han sido sometidos a procesos de combustión.
Sin embargo, no son los únicos metales que son un peligro para el medio ambiente, aquellos que se emplean en la construcción, en la producción de maquinaria, automóviles, latas, entre otros productos, también lo son. Si una vez que la vida útil de estos productos termina no son bien gestionados, es decir, si no se depositan en un punto de reciclaje, estos acabarán en el medio natural y debido a su degradación, finalmente, se convierten en un peligro para el medio ambiente y su biodiversidad.
Con la reutilización y el reciclado de los metales se contribuye de forma significativa a no empeorar la situación actual de contaminación que existe a nivel mundial. Reciclando y reutilizando se reduce la contaminación del aire, del suelo, de los cuerpos de agua y también se reduce de forma considerable la generación de desechos.
Además, los procesos de reciclaje necesitan menos energía eléctrica que aquellos procesos que se desarrollan para producir a partir de materiales vírgenes, por lo que también se estaría ahorrando energía al reciclar y reutilizar el metal.
Entre los metales que pueden ser reciclados, el aluminio y el acero son los más comunes, aunque también existen otros que metales que pueden ser reciclados, como el cobre, el bronce, el latón, el oro, la plata y el plomo, entre otros.
Por un lado, el acero es uno de los metales que se viene usando desde la antigüedad y que puede ser reciclado. Para el reciclaje del acero se forman grandes bloques para que sea más fácil su manipulación, más tarde se ejerce presión sobre los bloques para cortarlos en piezas más pequeñas, y se separa de otros metales. Una vez que obtenemos solo el acero, este se funde en hornos y el acero derretido se vierte en bloques para formar lingotes o placas que mas tarde se enrollaran en láminas para poder ser usado en otros productos.
Por otro lado, el aluminio es 100% reciclable y los objetos formados con este material (en general las latas), una vez desechados se trituran para desmenuzarlos y son fundidos para más tarde moldearlo en lingotes. Estos lingotes se pasan por rodillos para producir finas láminas de aluminio, y de esta manera ya está listo para la fabricación de nuevos productos.
Aunque casi todos los metales pueden ser reciclados, también están aquellos que no, como los que se usan en productos tóxicos, tuberías, perchas y pinturas, entre otros.
A continuación, se mostrará cuánto tiempo tardan en degradarse los materiales:
Fuente: EcologiaVerde