CAIXA o FAIXA (Revista Recupera 59)

01/04/2009

El general Prim, poco antes de la batalla de Castillejos, pronunció la célebre frase “Caja o Faja” haciendo referencia al ataúd o a la faja de general. Ahora es el momento en el que nuestro sector debe elegir. Hoy me atreveré a hablar de palabras fonéticamente malsonantes como estanflación o deflación.

Entre las hipótesis económicas que estamos viviendo, muchos sectores siguen pautas de estanflación. En 1965, el entonces ministro de Finanzas británico, Ian Maleo, acuñó el término estanflación (stagflation). Palabra compuesta a partir de estancamiento (stagnation) e inflación (inflation). Indica el momento o coyuntura económica en que, dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede (los precios suben).

Otros sectores siguen pautas de deflación. Corresponde a la disminución generalizada del nivel de precios de bienes y servicios en una economía. Es el movimiento contrario a la inflación. Se produce cuando los precios disminuyen por la falta de demanda, y es mucho más destructiva y temida por los empresarios que la inflación. La deflación puede desencadenar un círculo vicioso: Los comerciantes tienen que vender sus productos para cubrir, al menos, sus costes fijos (entendiendo que el precio ya no alcanza para pagar los costes variables), por lo que bajan los precios. Con los precios bajando de forma generalizada en barrena, la demanda disminuye más, porque los consumidores entienden que no merece la pena comprar si mañana todo será todavía más barato. Actualmente, la tendencia de precios industriales en España camina, a buen criterio, hacia la estanflación. Dentro de lo malo, lo menos malo. La semana pasada un amigo mío, distribuidor al por mayor de neumáticos, me habló de una subida de precios a pesar de la caída brusca del petróleo. ¿Cómo suben los neumáticos si ha bajado el precio del petróleo de 150 $ a 50$? Me sinceró que la única manera de soportar la caída de actividad y de precio unitario de producto era la de subir los márgenes. Sino, estamos muertos. Hemos despedido un 30 % del personal y siguen sin salir las cuentas. No podemos funcionar con menos personal y las cuentas sólo cuadran si subimos los márgenes. Otro sector que está aplicando la subida de precios y de márgenes es el sector bancario. Hace un año los índices hipotecarios rozaban el 5% con un euribor del 4,5 %. Hoy el precio medio hipotecario del 10% para nuevas hipotecas para un euribor del 1,92% (La Vanguardia 27/3/2009). La excusa es compensar la morosidad, pero detrás hay mucho más. Hay que compensar la caída de actividad. Un ejemplo más próximo a nuestro sector. Arcelormittal, primer productor mundial de acero, ha bajado sus precios de producto acabado mucho menos que los de la chatarra que compra. Por desgracia, el sector de la recuperación ha sufrido todos los efectos posibles de esta crisis: dramática caída de precio unitario, drástica caída de volumen y aumento de la morosidad. Ante este escenario, el sector soporta los gastos del año 2009, con los precios del año 2004, la morosidad a niveles desconocidos y una paulatina reducción de financiación bancaria. No way. No hay otro camino que una combinación de medicinas económicas: reducción de gastos fijos y aumento de márgenes. Pero la reducción de gastos tiene sus límites en un sector históricamente muy optimizado. El aumento de márgenes se ve con escepticismo, pero llegará. Cuando empecé a trabajar, se hablaban de márgenes de peseta por kilo, pero que era necesario trabajar por un duro (5 Ptas.). Conforme fuimos más europeos los salarios empezaron a subir y se aspiraba a ganar 2 duros/kg., etc.… llegó el euro y los márgenes llegaron casi solapados. En cualquiera de los momentos pasados, se dudó que se pudiera llegar a ese margen deseado, pero llegó. También ahora llegará un aumento de márgenes, no sin dejar por el camino unas cuantas empresas que orientarán sus márgenes al volumen que no hay. Lakshmi Mittal, presidente y director general, afirma que espera que la segunda mitad de este año traiga una mejor situación a los mercados de sus productos y un aumento a largo plazo de la demanda de acero. Así sea por el bien de todos. Mientras llega la esperada reactivación, los empresarios tenemos que tomar decisiones al minuto. Despedir, diversificar, aumentar márgenes, invertir, etc. Como buen cocinero, el empresario ha de decidir la proporción correcta. Pero dos más dos, son cuatro. Sin aumento de márgenes no le salen las cuentas ni a un fundidor, ni a un fragmentador, ni a un recuperador de barrio. Hoy debemos elegir entre morir matando o vivir dejando vivir. Debemos elegir con quién correr riesgos comerciales, porque si finalmente no salen las cuentas, no cobrarás. Con la crisis aparecen las peores artes.

Alea iacta est.

Xavier Riba,

Presidente del Gremi de Recuperació de Catalunya
xriba@gremirecuperacio.org

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Artículo Revista Recupera 59


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