Brindis al sol (Revista Recupera 90)

01/06/2015

El pasado 5 de junio presentamos la quinta GUIA de BONES PRACTIQUES editada conjuntamente con la AGÈNCIA de RESIDUS de CATALUNYA. Después de las Guías dedicadas a la recuperación de madera, VFU, metales y papel, ahora le ha tocado el turno de los Residuos Textiles y de Calzado.

Al sector nos sorprende la actualidad mediática de términos como economía circular, reutilización, reciclado o recuperación. Nada mejor que los residuos textiles para ilustrar el largo recorrido de nuestro sector.

Recientemente visité el yacimiento arqueológico medieval del Barrio de la Ribera en el Born. Corresponde a una parte de la ciudad destruida en 1714 producto de la Guerra de Sucesión Española. Conjuntamente a la excavación, un equipo de historiadores ha realizado un riguroso trabajo de investigación para acercarnos a la vida de la Barcelona del siglo XVI. En la calle del Joc de la Pilota vivía la familia Blasi y disponía de su almacén de robavellers (compra venta de ropa vieja) en los bajos.

La Agrupación Nacional de la Recuperación fue fundada en Barcelona en 1905 mayoritariamente por el Gremi de Drapaires (Traperos) i Robavellers. En aquel entonces la pasta del papel se producía con recortes textiles y ropa vieja no reutilizable. La paulatina aparición de las fibras sintéticas desencadenó la imposibilidad de consumirlas por las papeleras.

Actualmente el consumo textil en nuestro país ha crecido de forma exponencial empujado por la sociedad de consumo y la caída de precios propiciado por la producción en serie en el tercer mundo. Se calcula que los españoles consumimos una media de 8-10 kilos de ropa al año. Cantidad ligeramente inferior a nuestros vecinos del norte. Conceptos como la obsolescencia programada y obsolescencia percibida son más aplicables que nunca con la ropa y calzado.

Europa desecha seis millones de toneladas al año, España unas 400.000 y Catalunya unas 140.000 según las estadísticas oficiales. Se calcula que un 4-5 % de los residuos municipales domésticos son residuos textiles. A pesar de que, junto a los 5 contenedores selectivos, han ido apareciendo en nuestras ciudades los de recogida textil selectiva, tenemos índices de recogida selectiva muy bajos comparados con cualquier ciudad europea: 0,86 kgs/ habitante año comparado a los 2,5 – 3 de Milán, Paris o Copenhague. Me gusta verlo en positivo como una gran
oportunidad de negocio o mejora.

Pero lejos de aburrir con cifras me gustaría abundar en conceptos preocupantes. El consumo de materias primas en el primer mundo es galopante e insostenible. La incorporación de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a la sociedad de consumo occidental aportará paulatinamente unos 3.000.000 de hambrientos consumidores de materias primas. Necesitaríamos 5 planetas para cubrir tal inmensa demanda. Misión Imposible.

Actualmente, el mundo consume 70 millones de toneladas de ropa. De tal manera, es más necesaria que nunca la recuperación, el reciclado y/o la reutilización. Para poner un escalofriante ejemplo de la producción textil: son necesarios unos 2500 litros de agua para producir una camiseta. Es la cantidad necesaria desde su cultivo hasta su confección.

Para producir una tonelada de aluminio es necesario más de 30 barriles de petróleo. ¿Más ejemplos?

Con respecto a la preparación para la reutilización, se calcula que la mitad de la ropa que se recoge se reutiliza. Pero no nos engañemos. La reutilización es posible gracias al tercer mundo.

En África, la ropa que viene de occidente la llaman “ropa de los muertos”. A ellos no les cabe que podamos ser tan despilfarradores, que seamos capaces de tirar ropa nueva por motivos estéticos.

De tal manera ocurre con las piezas usadas de recambio de los automóviles, neumáticos o coches enteros. En Marruecos, el 80% de los taxis son de un modelo concreto de Mercedes de los años 80. En Senegal se repite con un Renault.

En el mundo de los RAEE’s nadie quiere un teléfono “no Smart”, sustituimos una lavadora a la primera reparación, o cambiamos nuestro
PC porque “no corre” con un procesador Sandy Bridge. En el tercer mundo el teléfono móvil es un teléfono útil. Una lavadora se repara aunque sea a base de hacer una nueva de dos, y un Pentium III es una ventana al mundo.

En un mundo de producción y consumo global, las materias primas, las MP secundarias y los productos reutilizables deben poder circular libremente, pero de forma regulada y responsable. La tecnología avanza de forma espectacular, pero es preocupante la creciente moda de triturar toda materia prima independientemente que pueda generar más de un 50% de materia prima inerte que acaba en vertederos controlados. Tendemos a simplificar pero la realidad pone las cosas, tarde o temprano, en su sitio. Cada vez es más cierto lo de “Piensa global pero actúa local”, o era ¿Actúa global y piensa local?

Miremos en nuestros armarios, cocinas, garajes, o escritorios y dejémonos de hacer brindis al sol.

Xavier Riba,

Presidente del Gremi de Recuperació de Catalunya
xriba@gremirecuperacio.org

 

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Artículo Revista Recupera 90