Tecnología (In)útil (Revista Recupera 120)

09/06/2021

El pasado mes de mayo, un empleado del servicio municipal de basuras de Granada encontró en un contenedor una cajita con 9000€. Al ver tantos billetes, a Juan Miguel Clavero, trabajador de Inagra, le entraron nervios. No tuvo que meditar, ni reflexionar, ni consultar la decisión. Es más, primero se plantó en comisaría y, más tarde, contó a sus jefes el hallazgo de billetes en la bolsa de ropa.

Valga esta anécdota como metáfora del valor que atesora nuestra basura doméstica. Mientras nuestra sociedad sea tan despilfarradora, ejércitos de rebuscadores de basuras recorrerán nuestras ciudades en busca de “tesoros”.

Este mismo mes de mayo, en el municipio donde resido, han implantado un novedoso sistema de recogida de basuras de los llamados “inteligentes”. Hace años que nos rodean crecientes artilugios que te dan las gracias cuando repostas gasolina, te llaman para promocionar un partido politíco, te anuncian la llegada a la planta 22, o las maravillas de la app RECICLOS.

Parecería que ahora le toca a nuestra basura esta “inteligencia artificial”. Con el slogan “Canviem el xip” (Cambiemos el chip), y un presupuesto anual de 2 millones, está pensado para cambiar la tendencia actual de crecimiento de la fracción resto en detrimento de la recogida selectiva de envases y la orgánica. Consiste en utilizar una tarjeta inteligente para abrir el contenedor de basura orgánica y la de resto. La percepción general de los primeros meses: han aumentado las bolsas fuera del contenedor, y las bolsas de basura en los contenedores amarillos y azules. En paralelo, los vecinos pueden recibir un SMS indicando las veces que abrieron los contenedores o avisando que lleva días sin abrirlos.

Lo que más sorprende es que, al mes siguiente de su implantación, el ayuntamiento ha anunciado la implantación de contenedores gigantes antes de final del año. Me parece algo completamente contradictorio. En cualquier caso, se ha de reducir el tamaño del contendor resto si se pretende que se recicle mas. Nuestro municipio, con un porcentaje importante de viviendas unifamiliares, es un municipio adecuado para la recogida “puerta a puerta”. Pero, supongo que pareció más electoral el novedoso sistema que implantar un sistema más molesto para la ciudadanía.

El “puerta a puerta” requiere mayor implicación y convicción de la población. Avergüenza a quien no recicla al depositar las bolsas frente a su casa. En cambio, tiene más discretos y polémicos resultados en zonas de apartamentos en donde se mezclan las bolsas en los contenedores. Haría falta el control de la “vieja del visillo” para delatar a los vecinos menos solidarios.

Actualmente, existen mas de 200 municipios con el “puerta a puerta”, como se puede ver en su web: www. portaaporta.cat. En el barrio barcelonés de Sant Andreu la ciudadania se ha manifestado en la calle en contra de su reciente implantación. En cambio, en Sarrià llevan desde finales del 2017 con el “puerta a puerta” y ostenta ser el barrio que más recicla de Barcelona. Su lectura daría para un debate más extenso que nuestra propia revista.

Ambos sistemas pueden ser más o menos acertados, pero representan una evolución. El actual sistema con contenedores de cada vez mayor cubicaje y financiado por una tasa lineal en el recibo del agua van en dirección contraria. Un callejon sin salida que nos lleva a mayores incineradoras o vertederos. Lo contrario de las recomedaciones europeas.

Estos días leí que el polémico (en España) Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de envases cumplió casi 70 años en Finlandia.

¡¡70 años!!! Se implantó a mediados de los años 50 del siglo XX. Sorprende que en su web de difusión turística lo publiciten como un logro de su sociedad moderna. finland.fi

Me parece una barbaridad que el futuro llegue tan tarde a España. O, en realidad, ¿no será que ya vivíamos en el futuro con el casco retornable y nos dejamos deslumbrar con falsas modernidades de envases de un solo uso?

La sociedad actual está llena de contradicciones. Los mismos fabricantes de cualquier producto gastan millones en publicidad verde, cuando en realidad siguen produciendo productos cargados de plásticos. Cadenas de supermercados anuncian envases cada vez más respetuosos con el medio ambiente pero, visitando sus lineales, solamente ves infinitos productos envasados. Ciudadanos que van de ecológicos y luego, tanto sus hábitos de consumo como sus esfuerzos con los residuos, hablan de lo contrario.

Sorprende vivir en una sociedad con tanta tecnología para conseguir resultados tan pobres.

En cambio, en esta foto en blanco y negro, por solo 2 peniques del antiguo marco finés, en los años 50 conseguían niveles de reciclado de envases que nosotros soñamos despiertos.

Xavier Riba,

Presidente del Gremi de Recuperació de Catalunya
xriba@gremirecuperacio.org

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Artículo Revista Recupera 120