La innovación en la industria del motor se viste de verde

06/11/2009

El respeto al medio ambiente copa la mayoría de las inversiones en investigación y desarrollo de la industria del motor, con los vehículos eléctricos e híbridos a la cabeza de los proyectos

Hablar de I+D en la industria del automóvil, en estos momentos, sugiere un parque temático donde prácticamente sólo los coches eléctricos, híbridos y de hidrógeno cohabitan como principales especies. Aunque según las opiniones más negras pueden faltar, fácilmente, unos 15 años para que esta duda tripartita esté al orden del día entre los consumidores españoles que tengan intención de adquirir un coche, toda la industria fabricante ya está metida hasta el cuello en proyectos de coches verdes. Un órdago que los fabricantes no parecen que vayan a recortar pese a la que está cayendo.

Y todo a pesar de que muchos expertos del sector vaticinan que de aquí a 15 años, sólo el 15% de los coches que se vendan serán vehículos eléctricos. Y lo que es más chocante, la mayoría de las industrias saben que este tipo de automóviles, al menos de momento, tendrá un uso limitado prácticamente a flotas de empresas, servicios de cartería o mensajería, autobuses, furgonetas en medios urbanos y, además, para distancias cortas. El precio de estos coches, que dobla el de sus homólogos de combustión interna, la exigencia de fuertes inversiones en las infraestructuras por parte de las eléctricas para garantizar la energía y el inconveniente de las recargas, aún demasiado cortas, y que ofrecen poca autonomía (unos 200 kilómetros), son factores que, de momento, juegan en contra de una comercialización masiva, lo que el sector pretende resolver con el apoyo del Gobierno. Y es que el medio ambiente no sólo ha copado el grueso de las inversiones en innovación del sector del automóvil sino que también ha alterado de lleno el trazado de su trayectoria. Un capítulo en el que sólo en Europa invierten más de 20.000 millones de euros (el 5% de facturación), según datos proporcionados por la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles (Anfac). La revolución ha sido tan bestial que en compañías como Ford reconocen que del total de las inversiones en investigación y desarrollo, entre el 60% y el 70% va dirigido al eje medioambiental. El resto lo absorben las otras dos patas que venían conformando, tradicionalmente, el grueso de la I+D del sector: la seguridad y las nuevas tecnologías, entre otras. Y ésta es la tónica general. Este cambio de mentalidad está precipitando el lanzamiento masivo de eléctricos e híbridos para los próximos tres años. Pero los fabricantes tampoco han depositado todos los huevos en la misma cesta en cuanto a la inversión en innovación se refiere. Cumplir con las exigencias medioambientales de rebajar las emisiones de CO2 a la atmósfera está trayendo nuevos modelos con motores de combustión más eficientes y limpios. El grupo PSA Peugeot Citroën, que en 2008 gastó un total de 3.500 millones de euros en investigación, ha diseñado un motor diésel que emite menos de 99 gramos de CO2/km. Este motor, que montará, de momento, en sus modelos Citroën C3, Peugeot 207 y en el futuro Citroën DS3, será lanzado antes de que acabe el año. Esta entidad, que no tiene previsto rebajar la cifra de inversión en innovación, pese a la crisis, ya está trabajando en motores de segunda generación (con tecnología stop & star), que permiten una reducción del 15% de emisiones así como un menor consumo de energía. Durante el próximo año, el grupo montará el primer coche eléctrico (Peugeot Ion) y en 2011 lanzará el híbrido diésel y después lanzará un híbrido recargable, que sólo emitirá 50 gramos de CO2 por kilómetro. En Ford, también sumergidos en la aventura de los eléctricos a pesar de la dificultad de este mercado, han hecho una fuerte apuesta en I+D por los motores de combustión sostenibles, alimentados por biocombustibles. En este capítulo se encuadran los motores flexifuel, alimentados por E85 (85% bioetanol, 15% gasolina), gasolina o la mezcla de ambos, que según aseguran en la compañía reduce las emisiones un 80%. Y el futuro Trifuel, un motor, a punto de ser lanzado en el modelo Mondeo, que se alimentará con gasolina, bioetanol (España ya cuenta con 30 estaciones de servicio) o gas licuado. En Renault, la historia no es muy diferente. El medio ambiente encabeza la lista de proyectos de innovación y los eléctricos son su principal apuesta para los próximos tres años. Los vehículos de esta compañía, que en 2008 gastó unos 2.000 millones de euros en investigación, ha optado por las baterías de ión-litio y tres sistemas de recarga. Una estándar que se realizaría durante 4-8 horas, según el tamaño del coche; otra rápida de 30 minutos, gracias a un enchufe trifásico, y otra de 2-3 minutos, llevada a cabo en una estación de recarga. El modelo Twizy será uno de los primeros que llegarán al mercado (2011). Estará dotado además de un sistema de tracción, con cero emisiones. La empresa, que aunque no ha reconocido recortes en las inversiones debido a la crisis sí ha paralizado algunos lanzamientos y ha revisado la inversión en nuevos mercados, también está trabajando en los coches alimentados con hidrógeno. Aunque es un proyecto a largo plazo, ya cuenta con un prototipo: Scénic ZEV H2. Además de otros frentes, el eje medioambiental también ha sido prioritario en Mercedes-Benz. Desde que en 1975 ensayara con los primeros vehículos experimentales con propulsión con hidrógeno, la marca alemana no ha dejado de dedicar recursos al objetivo de rebajar las emisiones de CO2 y el consumo de energía en sus vehículos. Además de trabajar en la mejora de la eficiencia de sus motores diésel y gasolina, Mercedes ha desarrollado motores, aún sin comercializar, que utilizan propulsión eléctrica por batería, con pilas de combustible o combinando la propulsión eléctrica por batería con un motor de combustión adicional. La investigación en baterías también es un
capítulo importante para esta compañía. De hecho, actualmente cuenta con más de 230 patentes, de iones-litio, y en 2012 tiene previsto producirlas para utilizar en vehículos híbridos y eléctricos.

LAS CIFRAS

60% del total de recursos destinados a I+D cubren el eje del medio ambiente.

20.000 millones de euros es la cantidad que la industria del automóvil invierte en I+D+i todos los años.

15% de las ventas mundiales coparán los coches verdes dentro de 15 años.

La seguridad también importa: Sistemas de emergencia, conectados a un call center, dispositivos de alerta que detectan el cansancio del conductor, luces de carretera automáticas que se adaptan a cualquier situación o frenados autónomos en caso de peligro son sólo algunos de los avances desarrollados por la industria en el ámbito de la seguridad. Un capítulo al que también destinan gran parte de las inversiones en I+D. Por poner algún ejemplo, el grupo PSA Peugeot Citroën ya ha incorporado en algunos de sus coches un dispositivo, que conecta con una central de llamadas mediante un botón, en el caso de emergencia. Un sistema que ya funciona en nueve países, entre ellos España, y que en breve estará incorporado de serie. Mercedes Benz también emplea gran parte de sus recursos a la seguridad. Ya algunos de sus modelos incorporan dispositivos (con sensores), que avisan mediante señales acústicas en caso de cansancio del conductor o sistemas de visión nocturna, que identifica a los peatones. En el eje de las nuevas tecnologías, Ford está a punt
o de incorporar en Europa un sistema de conectividad en sus modelos, que permite, entre otras cosas, el acceso a internet desde el coche.