De Barcelona a Kampala pasando por Nokia (Revista Recupera 61)

01/10/2009

Barcelona. Estamos a mediados de Octubre y sigue haciendo calor estival. El clima en Barcelona se hace más tropical o monzónico. Lluvias torrenciales por la mañana y sol de justicia al rato. El cambio climático es una realidad incontestable que ya nadie se atreve a poner en duda. El clima de Barcelona, salvo inundaciones o tormentas de viento puntuales, sigue benévolo con sus ciudadanos. El problema está en zonas del planeta donde ya era difícil vivir por los extremos climáticos. El cambio climático los empuja a migrar y con ello las concentraciones metropolitanas aumentan exponencialmente mientras otras zonas, cada vez mayores, quedan desérticas.

Síndrome de Diógenes. David Chameides, se le conoce como el hombre que nunca tira basura. No sufre el síndrome de Diógenes que padeció la famosa cantante afro americana Whitney Houston. David es un prestigioso cámara de la TV norteamericana con dos premios Emmy, que se ha propuesto reducir a mínimos su huella ecológica. Durante 365 días no va a salir ni un kilo de basura de su casa. El tiempo dirá si pasa a la historia como un excéntrico ecologista o como un consumidor responsable del siglo XXI. David acumula en su casa todo cuando consume. En palabras de David: ” Un día estaba tirando una cosa a la basura cuando me di cuenta de que simplemente lo estaba haciendo desaparecer (…) Entonces pensé que, si todos fuéramos responsables de nuestra basura, si no pudiéramos hacerla desaparecer, tendríamos que enfrentarnos a algunas verdades incómodas sobre nuestro estilo de vida”. Los resultados pronto fueron evidentes. Pasados ocho meses, tan sólo lleva acumulados en el sótano cerca de 13 kilos de basura. El estadounidense medio ya tendría acumulados 176 kilos. El ecologista también reconoce que ha cambiado sus hábitos de consumo, tratando de racionalizarnos.

Molok y recogida neumática. Molok es el nombre genérico con el que se conocen los contenedores enterrados que últimamente crecen en las ciudades como setas metropolitanas. Molok es una marca registrada de una empresa de Nokia, Finlandia. Otra variedad de setas urbanas que progresan son los buzones para la recogida neumática de basuras. La recogida neumática consiste en conducir los residuos a través de una red de tuberías subterráneas, desde el domicilio del usuario o desde un buzón situado en la calle, hasta la planta de recogida (habitualmente un contenedor de grandes dimensiones. Ambos sistemas comparten virtudes: Mayor capacidad, reducen olores al reducir la descomposición por la exposición al sol, reducen impacto visual, y aumentan votos para los alcaldes. Por desgracia entierran también el problema real: incremento exponencial de basuras.

Crisis financiera y huella ecológica: La demanda actual de recursos naturales excede en un 30% la capacidad de regeneración de la Tierra. Si no se frena esta demanda, la humanidad precisará de dos planetas en el futuro nada lejano del 2030 para poder mantener el actual estilo de vida imperante en la sociedad. Así lo indica el Informe Planeta Vivo 2008, elaborado por la organización WWF/ Adena en colaboración con la Sociedad Zoológica de Londres y la Red de la Huella Global, tras constatar que ya se ha perdido casi la tercera parte de la riqueza biológica en poco más de un cuarto de siglo. El informe equipara la crisis económica mundial actual con la situación ecológica del planeta. “La actual crisis económica no es más que un serio recordatorio de las consecuencias de vivir más allá de los recursos disponibles”. Sin comentarios.

África: Hace años participé en una expedición alrededor del Lago Victoria en África. Consistió en recorrer durante un mes los países que rodean el lago. Nos trasladábamos en un camión habilitado con asientos y una amplia bodega en su panza. Acampábamos por la noche y a la madrugada dejábamos una hoguera con restos de comida y envases. De repente aparecían de todas partes decenas de niños y adultos intentando aprovechar alguna lata ardiendo o una botella de PET sin quemar. A los pocos días de ver este espectáculo le recriminamos al guía el hecho de quemar comida y los restos. Esta visión me persiguió durante años en España. Reflexioné sobre la ligereza de nuestra sociedad de tirar productos de alta tecnología que para nosotros son de un solo uso, pero que para buena parte del planeta se pueden convertir en una cantimplora, en un embudo, en un vaso, en una abrazadera, en un juguete, en un….

Si tenéis la curiosidad de preguntarle al Dr. Google sobre Chameides, veréis que se fue de vacaciones a México con su familia y de vuelta le abrieron los aduaneros la maleta porque la llevaba llena de basura. ¡¡¡Había acumulado todo lo consumido y se lo llevaba para casa!!!

Valorización versus reciclado: Mientras muchas ciudades siguen la inercia de “enterrar” sus residuos en vertederos, cada vez más alejados de la metrópoli, otras se han apuntado a la valorización. Llámese valorización al aprovechamiento energético de las basuras. Nuestros estilos de vida precisan electricidad, pero se han de generar con el mejor ratio posible de productividad energética versus impacto ecológico. La valorización ha de ser el mal menor para la parte residual de las basuras pero no para su conjunto. Existe afortunadamente otro modelo. Otras ciudades trabajan para concienciar la población para conseguir su reducción. Una vez implantada en la sociedad la conciencia de reciclado, la empujan un poco más allá con mecanismos económicos. Básicamente intentan conseguir el efecto que ha vivido Chameides, transmitiendo el valor al consumidor. Así hay ayuntamientos en Suiza que han eliminado el recibo anual de la basura y venden bolsas con el precio del servicio incluido. Los resultados han sido espectaculares. Reducción drástica del volumen de basuras y aumento exponencial del reciclado. En Escandinavia y Alemania llevan años con el depósito de envases y se ha llegado al 95 % de tasas de reciclado de producto en la calle, y lo que es mejor, con una calidad de commodity. El mensaje es claro: el consumidor desinformado malgasta recursos, pero al despertarle el valor de las cosas se convierte en un acérrimo ecologista.

Aplaudo que una multinacional como Carrefour, paradigma del consumo, deje de distribuir bolsas de plástico. Sinceramente creo que irán creciendo las iniciativas empresariales en esta dirección y que van más allá de campañas de imagen. En Alemania las empresas que lucharon solapadamente contra el depósito, el consumidor las penalizó. En Marketing del siglo XXI se intenta fi delizar al cliente llegándole a los sentimientos, porque los precios ya no se pueden bajar más. Es el llamado “Marketing Emocional”. Eso es lo que quiere transmitir Carrefour. Otras multinacionales lanzan campañas de MK vendiéndose como paladines medioambientales, pero presionan a los políticos en los pasillos de los parlamentos con postulados contrarios. El consumidor, tarde o temprano, es consciente.

Esta vez dejo las conclusiones para cada uno de ustedes. Dependerá de nuestra conciencia. Pero como con los niños. O les pones limites o cuando lleguen a la sociedad se los encontrarán. En términos de conciencia ambiental todos somos niños porque hace unos años no sabíamos qué era la huella ecológica ni el cambio climático. Podemos posponer nuestra conciencia como consumidores responsables, pero la naturaleza nos hará ser más conscientes más tarde o más temprano.

Xavier Riba,

Presidente del Gremi de Recuperació de Catalunya
xriba@gremirecuperacio.org

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Artículo Revista Recupera 61