Tunear la chatarra (Revista Recupera 113)

10/02/2020

Suecia es un país admirable. Habitualmente embrión de tendencias que acabamos implantando en otros países al cabo de años. Con tan solo 10 millones de habitantes es una de las democracias más prósperas del planeta. El Foro Económico mundial lo consideró el segundo país más competitivo del mundo en 2010. Son suecas empresas multinacionales de gran consumo como Electrolux, H&M, o Ikea. Spotify.es es líder mundial de reproducción musical en streaming. Stena Recycling es una de las mayores compañías de nuestro sector a nivel mundial. Suecia posee cifras envidiables (90% y contrastado) de reciclado de envases desde 2006, año en que se implantó el sistema de depósito para envases de bebida de plástico y de metal.

Hoy es noticia, no por una novedad, sino porque desde hace 5 años funciona, con creciente éxito, el primer gran centro comercial de productos reciclados, ReTuna Atrebruksgalleria retuna.se

En Barcelona había más de 200 traperías en los años 80 repartidas estratégicamente por toda la ciudad que tenían una función parecida y con la ventaja de la capilaridad. Desde entonces han ido desapareciendo, una a una, debido a múltiples razones: aparición de los iglúes, aumento del coste de la vida, sustitución de los porteros humanos por porteros automáticos, persecución municipal, etc. Una pena, porque canalizaban materiales para darles una segunda vida o para su reciclado.

Volviendo a RETUNA, su nombre proviene de un juego de palabras del municipio, Eskilstuna, y de la palabra en sueco «reutilización». Está abierto los siete días de la semana y tiene alrededor de 1000 visitas diarias. Cuentan con unas 20 tiendas en las que ofrecen productos a los que dan una segunda vida que van desde muebles a ordenadores, equipos de música, ropa, juguetes, bicicletas, herramientas de jardinería y materiales de construcción. Además de un restaurante, un centro educativo y una sala de conferencias.

La clave para alimentar el proyecto reside en el centro de reciclaje situado al lado del centro comercial, donde la gente puede dejar cosas que ya no quiere, pero que pueden ser utilizadas de nuevo después de ser reparadas o transformadas en otro producto de forma creativa, lo que se conoce en estos tiempos modernos que vivimos como upcylcing. Convirtiendo ese desperdicio en una oportunidad, sin cargar al gobierno local con esa responsabilidad. Las mercancías dejan de ser desechos y se vuelven a poner en circulación, ahorrando materiales, tiempo y energía. ¿Qué objetivo persiguen? Generar negocio, educar a los ciudadanos, reducir los desechos, promocionar y favorecer la economía circular y crear nuevos puestos de trabajo.

En Suecia, reciclar es trendy. Las estadísticas lo demuestran. El 99% de los residuos domésticos se reciclan, lo que denota una gran cultura de respeto al medio ambiente; pero seamos realistas, también tienen que hacer esfuerzos para llegar al público general y plantear el reciclaje como algo atractivo, digno de ocupar un hueco en nuestros hogares y bolsillos. Por ello, han adoptado estrategias merecedoras de cualquier famosa marca de grandes almacenes, y se podría decir que funciona. Tienen una política muy ágil de depositar en consigna a comisión los objetos que te sobran en casa pero que todavía funcionan. Publicitan «los Lunes locos», donde venden sus artículos rebajados. Promocionan la cultura del reciclaje con talleres para niños Mientras sus padres compran libremente. Horarios hasta bien entrada la noche o disponen de una cafetería con comida eco y el centro comercial posee una decoración elegante y buenas vistas en lo alto del edificio. porque reutilizar es cool.

Mientras en España, las esquinas de los iglúes son las más generosas del continente. En donde puedes encontrar una edición completa de la enciclopedia SALVAT, un cochecito de niño en perfecto estado o un televisor de plasma porque ahora lo que se lleva es una de QLED de 100″. Nuestras deixalleries tienen alguna voluntad de reutilización pero muy tímidamente. Y es habitual encontrar «revueltos» de objetos reutilizables o re-vendibles que aventuran su triste futuro. Es un problema de inicio. Una gran parte de objetos de una deixalleria tendrían una segunda oportunidad pero recogidos como deixalla no la tienen. Y es que muchas veces lo nuevo no es mejor y no funciona mejor que lo anterior. Los contenedores + las deixalleries no son mejor que los antiguos traperos. Los iglúes de la calle no hacen una gestión de envases más respetuosa que el antiguo sistema de depósito. Se pretende centralizar la operativa cuando en realidad la capilaridad de nuestro sector, nuestro incentivo al remunerar al reciclador es una de las claves del éxito, y puede explicar el fracaso de los nuevos sistemas.

Mientras tanto, seguiremos estando en la cola de Europa en las tasas de reciclado y reutilización. Los suecos seguirán viniendo de turismo por nuestro sol y nuestra gastronomía, y nosotros haremos turismo para ver los modelos de negocio que tardamos décadas en implantar a pesar de que funcionan.

Xavier Riba,

Presidente del Gremi de Recuperació de Catalunya
xriba@gremirecuperacio.org

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Artículo Revista Recupera 113